Estos equipos, además de su utilidad en investigación minera, abren un abanico muy importante de posibilidades desde el punto de vista de la investigación geotécnica enfocada a infraestructuras subterráneas.
Estos equipos, además de su utilidad en investigación minera, abren un abanico muy importante de posibilidades desde el punto de vista de la investigación geotécnica enfocada a infraestructuras subterráneas.
Con este tipo de sondas, muy versátiles y de fácil emplazamiento en el campo, se pueden llevar a cabo sondeos de reconocimiento horizontales o de gran inclinación, los cuales permiten investigar a nivel de trazado, infraestructuras tales como túneles, hincas, azudes, etc…, que hasta ahora se habían estudiado mediante costosas campañas geotécnicas de desarrollo vertical, en las cuales se obtenía una información del terreno muy limitada y sujeta a interpretaciones.
El bastidor de la sonda permite la realización de sondeos en cualquier orientación e inclinación (incluso sondeos en inclinación negativa – ascendentes), hasta profundidades / longitudes entre 800 y 1.000 metros.
Los sondeos se llevan a cabo por rotación con circulación de agua, con recuperación continua de testigo y en diámetros variables, generalmente entre HQ y NQ (diámetro de testigo variable entre 63,5 y 47,6 mm, respectivamente).
Tanto la longitud como la desviación de un sondeo por tanto, están muy condicionadas por el terreno a perforar, por lo que dichas longitudes y desvíos serán los que permita la tecnología existente.
Para la medida de la desviación de sondeos es posible utilizar un giroscopio marca REFLEX®, el cual permite realizar mediciones en todo tipo de ambientes, ya sean magnéticos o no, por dentro incluso del varillaje de perforación.
Se han realizado más de 6.000 m de sondeos horizontales dedicados a reconocimientos geotécnicos.